Laura Knight-Jadczyk y
Cassiopedia.com
Signs Of The Times
Quantum Future
La inhibición transmarginal, o ITM, es la respuesta de un organismo a un estímulo sobrecogedor. Irónicamente, el acrónimo popular (TMI en inglés) también significa demasiada información, lo cual puede ser un factor de inhibición transmarginal en la cultura de hoy.
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Investigación
Ivan Pavlov enumeró los detalles de la ITM en su trabajo de condicionamiento de animales a través de varios estímulos, incluyendo el dolor. (No es verdad que en todo el trabajo de Pavlov se empleó respuestas inducidas por el dolor como frecuentemente se reporta.)
Pavlov descubrió que el nivel de tolerancia de un organismo a diferentes estímulos dependía significativamente de las diferencias fundamentales en el temperamento. Comentó “que la diferencia más básica heredada entre las personas era cuan pronto alcanzaban este punto de colapso y que la rapidez con que se llega a este colapso tiene asociado un tipo fundamentalmente diferente de sistema nervioso.” [1] Esto lo llevó a poner una atención creciente a la necesidad de clasificar los sujetos de acuerdo a su constitución heredada antes de aplicar el condicionamiento experimental. No solo los perros respondieron diferentemente al condicionamiento de acuerdo a su temperamento, cuando un perro colapsa bajo estrés, su tratamiento depende de su tipo constitucional. Por ejemplo, Pavlov confirmó que los sedantes fueron muy útiles en restituir la estabilidad en los nervios de un perro que había colapsado, pero que un tipo requería de 5 a 8 veces más medicación que el requerido por otro tipo incluso si el peso del cuerpo era exactamente el mismo.
Los Cuatro Temperamentos
Basado en la evidencia empírica acumulada a través de treinta años de investigación, Pavlov estaba convencido de la idea de los cuatro temperamentos básicos. Notó que éstos eran aproximadamente cercanos a aquellos diferenciados por Hipócrates en el hombre. Aunque en los perros de Pavlov aparecen varias mezclas de estos patrones temperamentales, estos podrían ser distinguidos como tales en vez de crear nuevas categorías.
El primer tipo corresponde al “colérico” de Hipócrates, el cual Pavlov llamó “fuertemente excitable”(strong excitatory). El segundo tipo: “sanguíneo” el cual Pavlov llamó “animado”(lively), aplica a perros de un temperamento más balanceado. La respuesta normal al estrés impuesto o situaciones de conflicto por estos dos tipos fue excitación incrementada y comportamiento más agresivo, pero allí es donde la similitud termina. El “fuertemente excitable”, o colérico, se tornaría tan salvaje como para llegar a estar completamente fuera de control en tanto que el tipo “sanguíneo” continuó comportándose con reacciones útiles y controladas.
El tipo flemático, Pavlov lo llamó “calmo, imperturbable”(calm, imperturbable) y al melancólico lo llamó “débilmente inhibitorio”(weak inhibitory). En estos dos tipos, el estrés impuesto y las situaciones de conflicto fueron enfrentadas con más pasividad o “inhibición” más que con agresión. El tipo “débilmente inhibido” o melancólico posee una tendencia constitucional a enfrentar ansiedades o conflictos con pasividad o anulando la tensión. Cualquier estrés experimental fuerte impuesto a los sistemas nerviosos de tales perros resultó en un estado de inhibición cerebral y “parálisis de miedo.”
Pavlov encontró que los otros tres tipos, cuando se enfrentaron a más estrés del que podía ser asimilado por los medios usuales, podrían entrar también eventualmente en un estado de inhibición cerebral similar a ese estado al que el tipo melancólico/débilmente inhibitorio alcanza rápidamente. Él consideró esto como un mecanismo protector normalmente empleado por el cerebro como última instancia cuando es presionado más allá de la resistencia. El tipo “débil inhibitorio” fue una excepción a los otros tres tipos: este tipo de perro entró en un estado de inhibición cerebral protectora más rápidamente y en respuesta al estrés más ligero. El hallazgo importante fue, por supuesto, que las cuatro naturalezas básicas responden de forma diferente antes, durante y después a diferentes niveles de stress, siendo el dato más relevante que el tipo débilmente inhibitorio fue particularmente susceptible.
Con respecto al tipo débil inhibitorio, Pavlov observó que aunque el temperamento básico es heredado, cada perro ha sido condicionado desde su nacimiento por diversas influencias ambientales, las cuales producen patrones inhibitorios de comportamiento de largo plazo bajo ciertos tipos de estrés. Sin embargo, el patrón de comportamiento final de cualquier perro dado dependerá tanto de su propia constitución así como de los modelos específicos de comportamiento previamente inducidos por estrés ambiental.[2]
La Respuesta Ultralímite
Por último, cuando Pavlov estaba experimentando aplicando sus descubrimientos de perros a la psicología humana, notó cuidadosamente lo que sucedía cuando el sistema superior nervioso de un perro se forzaba más allá del límite de la respuesta normal, y comparó estos estados con reportes clínicos de varios tipos de colapsos en seres humanos. Encontró que el estrés más severo y prolongado se podría aplicar a perros del tipo “animado” o “calmo imperturbable” sin causar un colapso, que a aquellos del tipo “fuertemente excitado” y “débilmente inhibido.”
Pavlov estaba convencido que esta respuesta ultralímite que el llamó Inhibición Transmarginal, era un mecanismo protector del cerebro. Cuando ocurría, significaba que el cerebro no tenía otro medio de evitar el daño psíquico debido a la fatiga y estrés nervioso. Encontró que podría determinar el grado de inhibición protector en cualquier perro en cualquier momento usando su protocolo de reflejo condicionado de la glándula salival. Incluso si el perro parecía normal bajo examen visual, la cantidad de saliva secretada podría decirle lo que estaba sucediendo en el cerebro del perro, por ej. si la respuesta inhibitoria se estaba iniciando y a que etapa se había desarrollado.
La Inundación y Lavado de Cerebro
Aparentemente, un evento accidental condujo a Pavlov a algunos de los más avanzados experimentos en ITM inducida. En 1924, hubo una inundación en Leningrado. Pavlov había condicionado un grupo entero de perros antes de esta inundación, durante la cual ellos estuvieron encerrados en sus jaulas a medida que el agua ascendía firmemente en el laboratorio. Los perros estaban nadando aterrorizados, luchando por mantener sus cabezas sobre el agua cuando, en el último posible momento, el encargado del laboratorio vino, los jaló a través del agua y los sacó de sus jaulas al seguro.
Este evento había evidentemente aterrorizado en extremo a los perros. Algunos de ellos cambiaron de un estado de excitación aguda a una inhibición transmarginal protectora severa. Cuando Pavlov probó a alguno de ellos poco después, encontró que los reflejos condicionados recientemente implantados habían desaparecido en su totalidad. Otros perros que habían enfrentado la terrible experiencia no fueron afectados. Pavlov se dio cuenta que para aquellos perros cuyo condicionamiento había sido borrado por el terror, hubo un mayor grado de actividad inhibitoria que fue capaz de limpiar la pantalla mental. La mayoría de los perros que habían alcanzado esta etapa de “lavado de cerebro” podrían posteriormente tener sus viejos condicionamientos restituidos, pero tomaba meses de trabajo paciente. Ellos habían efectivamente “renacido”. Si Pavlov permitía dejar correr un poco de agua debajo de la puerta del laboratorio, todos los perros eran sensibles y afectados por, la visión; pero de forma particular aquellos perros que el diluvio les había “lavado el cerebro”.
Aunque algunos de los perros habían resistido el colapso total, Pavlov estaba convencido que el estrés apropiado “aplicado apropiadamente”, podría haber inducido el colapso en cada uno de ellos. Al final de su vida Pavlov dijo a un fisiólogo estadounidense que las observaciones echas en esta ocasión lo habían convencido que cada perro tenía su “punto de quiebre”.[3]
Los Cuatro Principales Tipos de Estrés
Entre los hallazgos más importantes de Pavlov estaban lo que le puede suceder al comportamiento condicionado cuando el cerebro de un perro es llevado al punto ultralímite por estrés y conflicto más allá de su habitual capacidad de respuesta. Fue capaz de provocar lo que llamó una “ruptura en la actividad nerviosa superior” inflingiendo cuatro tipos principales de tensiones.
1.
El primer tipo de estrés consistió simplemente en incrementar la intensidad de la señal a la cual el perro estaba inicialmente condicionado. Si esta era gradualmente incrementada, en un cierto punto, cuando era demasiada para su sistema, el perro comenzaría a colapsar.
2.
La segunda forma de alcanzar el evento ultralímite es incrementar el tiempo entre la señal dada y la llegada de la comida. Si un perro estaba condicionado para recibir comida cinco segundos después de la señal de advertencia, y este periodo entonces se prolongaba, se hacían evidentes señales de agitación y comportamiento anormal en los perros menos estables. Pavlov descubrió que los cerebros de los perros se revelaban contra cualquier periodo de espera anormalmente largo mientras estaban sometidos a estrés. El colapso ocurriría cuando el perro tenía que ejercer una inhibición muy fuerte o prolongada. (Los seres humanos también encuentran debilitante la espera prolongada mientras están sometidos a tensión: peor que el acontecimiento que produce la ansiedad.)
3.
La tercera forma de inducir un colapso es confundir a los perros con anomalías en la señal condicionante. Si señales positivas o negativas se dieran una detrás de otras, (si, no, si , no, etc), el perro hambriento entraría en incertidumbre acerca de lo que vendría próximamente y esto interrumpe la estabilidad nerviosa normal. Esto también es cierto en seres humanos.
4.
La cuarta forma de inducir un colapso en un perro es desestabilizar la condición física en alguna forma, sometiéndolo a largos periodos de trabajo, o induciendo desórdenes gastro-intestinales, fiebre, perturbando el balance endocrino, cirugía, etc.
Si, en cualquier caso, los tres primeros métodos fallaran en inducir un colapso en cualquier perro en particular, se podría alcanzar utilizando el mismo estrés que ha fallado, pero haciéndolo solamente después de iniciar el cuarto protocolo: desestabilización física. Pavlov descubrió también que, después de una desestabilización física, un colapso podría ocurrir incluso en perros temperamentalmente estables y también que cualquier nuevo patrón de comportamiento ocurrido después podría volverse un elemento fijo de la personalidad del perro incluso tras una larga recuperación de la experiencia debilitante.
En el perro del tipo débilmente inhibitorio, los nuevos patrones neuróticos implantados bajo tales condiciones podrían con frecuencia ser fácilmente removidos con poco más que pequeñas dosis de sedantes. Pero en los tipos calmo y animado- los cuales frecuentemente necesitan ser quirúrgicamente castrados para debilitarlos lo suficiente para causarles un colapso- Pavlov descubrió que el patrón recientemente implantado era bastante frecuentemente no erradicable después de que el perro recuperaba su salud. Pavlov pensó que esto se debía a la resistencia natural del sistema nervioso en tales tipos de perros. Los nuevos comportamientos fueron difíciles de implantar sin la debilitación temporalmente inducida y subsecuentemente parecieron ser como una parte fuerte de la “naturaleza obstinada” del perro tal como en el viejo modelo.
Como fue observado por Pavlov, la tolerancia a la estimulación varía ampliamente entre individuos. Las personas altamente sensibles pueden ser sobre-estimuladas por el fuerte sonido en un cine o la confusión de fondo en una gran reunión social. Otros individuos encontrarán aquellos mismos estímulos como óptimos, o incluso hipo-estimulantes.
Las Tres Etapas de la ITM
Pavlov estableció que la habilidad de un perro para resistir altas cargas de estrés no solo depende del tipo, sino de su condición física. Una vez que el punto ultralímite se ha alcanzado y la inhibición cerebral es inducida, cosas muy extrañas comienzan a pasar en el cerebro del perro. Estos cambios podrían ser medidos con alguna precisión (por la cantidad de saliva excretada), y, a diferencia de los seres humanos, no fueron alterados por distorsiones subjetivas. Es decir, no había cuestionamientos del perro intentando explicar o racionalizar su comportamiento anormal como lo hacen los humanos. Tres etapas distintas y progresivas de inhibición “ultralímite” fueron descritas por Pavlov.
1) La fase equivalente de la actividad cerebral cortical. En esta fase, todos los estímulos, o cualquier tensión resulta solo en la producción de las mismas cantidades de saliva. En los seres humanos, un fenómeno similar se observa cuando una persona normal está en un estado de extrema fatiga; ellos reportan que hay poca diferencia entre sus reacciones emocionales o experiencias importantes o triviales. Ellos dirían “estoy demasiado cansado para preocuparme.”
2) La fase paradójica. Cuando se aplica tensiones incluso más fuertes (y esto puede ser dolor o cualquier otro estrés del tipo mental, físico o emocional), la fase equivalente pasa a una fase paradójica. En este estado, los estímulos débiles pueden producir una reacción más fuerte que un estímulo fuerte. La razón para esto es que el estímulo fuerte solo incrementa el estado de inhibición protector mientras que el estímulo débil puede producir todavía respuestas positivas. Cuando un ser humano está en esta etapa, su comportamiento se puede invertir en una forma que parezca totalmente irracional a un observador externo.
3) La fase ultra- paradójica. La tercera etapa se da cuando las respuestas positivas condicionadas repentinamente se invierten a respuestas negativas y las negativas a positivas. El perro ( o la persona) puede repentinamente encontrar que le gusta lo que inicialmente detestaba o aborrecer lo que inicialmente le gustaba. En esta etapa, la respuesta del organismo se vuelve opuesta a todo su condicionamiento anterior.
William Sargant realizó investigación adicional de estas fases en su trabajo sobre militares traumatizados por la guerra.
Importancia en la Psicología Humana
Las personas son muy similares a los perros de Pavlov.
Este último descubrimiento tiene gran relevancia para el entendimiento de cambios similares en el comportamiento humano. Hacia el final de un largo periodo de algún tipo de debilitación, las personas de carácter muy fuerte se han conocido por hacer un cambio dramático de sus creencias y/o convicciones. Cuando se recuperan, son conocidos por permanecer rectos a sus nuevas creencias por el resto de sus vidas. Hay muchos casos de historias de personas que experimentaron varios tipos de conversión –religiosa, política, etc- durante tiempos de guerra, en prisión o después de haber tenido alguna experiencia terrorífica como un naufragio, un accidente aéreo, etc.
Mucho del comportamiento humano es el resultado de patrones condicionados de respuestas que al comienzo forman parte de la infancia y la niñez. Estos patrones de respuesta a la realidad pueden persistir casi sin cambios, pero en general, el adulto saludable ha aprendido a adaptar sus programas a los cambios en su ambiente. Otras respuestas humanas se deben al estudio y aprendizaje; conducir un carro, por ejemplo. En el comienzo, aprender a conducir y arreglárselas en el tráfico requiere mucha atención. Más adelante, se vuelve automático y el conductor puede maniobrar en el tráfico de la ciudad mientras habla, come o hace cualquier número de otras actividades. “Conducir” se ha convertido en un programa automático. Pero si el conductor entonces viaja al campo donde hay poco tráfico, es capaz de adaptarse al cambio de condiciones y lo hace automáticamente.
Así es como en el cerebro de un organismo se necesita construir estructuras más elaboradas tanto de respuestas condicionadas positivas y negativas – patrones de comportamiento- a las condiciones cambiantes del ambiente. Pavlov mostró que el sistema nervioso de un perro podría desarrollar poderes extraordinarios de discriminación automáticamente. Un perro podría salivar en reacción a un tono de exactamente 500 vibraciones por minuto, no 490 o 510.
Las respuestas negativas condicionadas, tales como rabia o “pelea o huye” son controladas en sociedades civilizadas, aunque ocasionalmente se hace necesario activarlas en respuesta a cambios en el ambiente tales como emergencias de vida o muerte.
Las actitudes emocionales y los patrones de respuesta también están condicionados en lo seres humanos aunque a la mayoría de las personas no les gusta admitir esto. Aprendemos como niños a sentir atracción o repulsión hacia ciertas cosas, personas, eventos etc. Palabras tales como “católico” o “comunista” pueden evocar reacciones emocionales instantáneas que no tienen relación con ningún hecho o dato, pero son simplemente actitudes programadas adquiridas por condicionamiento dentro de la familia o la sociedad.
Uso en Control Mental
El trabajo de Ivan Pavlov fue encontrado muy útil por el régimen totalitario soviético, para alcanzar su política de adoctrinación. Como evidencia de este hecho, se notó que en julio, 1950, una directiva médica fue emitida en Rusia para la re-orientación de toda la medicina hacia las lineas Pavlovianas. [4] La razón para esta directiva aparentemente se debe a los más impresionantes resultados que se obtuvieron aplicando los principios Pavlovianos.
Los trabajos de Pavlov parecen haber influenciado fuertemente las técnicas usadas en Rusia y China para la “obtención de confesiones”, para lavado de cerebro y para inducir conversiones políticas. Esta investigación había, aparentemente, sido llevada a cabo en los E.U, por los servicios secretos quienes tienen un interés personal en el “desacreditar” y marginalizar tal información. La mayor parte de las conclusiones de Pavlov aplicables al control mental se reportan en una serie de conferencias posteriores de Pavlov traducidas por Horsley Gantt, publicadas en Gran Bretaña y en los Estados Unidos en 1941 bajo el título “Reflejos condicionados y Psiquiatría.” [5] El libro del profesor Y.P Frolov acerca de estos experimentos, Pavlov y su escuela [6] ha sido traducido al inglés. Los libros posteriores hacen pocas o ninguna referencia a la mayoría de los hallazgos importantes de Pavlov que siguen la línea de control mental. Joseph Wortis, M.D., en su estudio “Psiquiatría Política” publicado en los E.U, en 1950 [7], hizo un punto de énfasis en la importancia de los experimentos de Pavlov en psiquiatría, pero dio pocos detalles en la última fase de este trabajo que trata con el control mental. Otros libros contienen muchos detalles de los primeros trabajos de Pavlov, pero poco o nada de su último trabajo relevante en control mental y lavado de cerebro.
Pavlov demostró que cuando la Inhibición Transmarginal comienza a afectar a un perro, una condición similar a la histeria se manifestaba en los humanos. Las aplicaciones de estos hallazgos a la psicología humana sugieren que para que una “conversión” sea efectiva, es necesario trabajar en las emociones del sujeto hasta que alcanzen una condición anormal de miedo, rabia o exaltación. Si tal estado se mantiene o se intensifica por alguno de varios medios, el resultado es la histeria. En un estado de histeria, un ser humano es anormalmente sugestionable e influencias en el ambiente pueden causar que una serie de patrones de comportamiento puedan ser remplazados por otros sin ninguna necesidad de adoctrinación persuasiva. En estados de miedo o nerviosismo, seres humanos aceptarán las más amplias e improbables sugestiones.
Implicaciones Sociales
Los medios por los cuales la ITM opera en el individuo es más bien claro; lo que es menos claro es como la histeria afecta a grandes grupos de individuos llegando a la macro-escala. Sin embargo, desde el 11 de Septiembre de 2001, observadores científicos de la sociedad estadounidense apuntan con frecuencia que los eventos de ese día fueron un clásico ejemplo de Inhibición Transmarginal inducida en masas de personas con el fin de condicionarlos a aceptar la destrucción del gobierno democrático de E.U.
Referencias
Frolov, Y.P. (1938). Pavlov and His School. Trans. by C.P. Dutt. Kegan Paul, Trench, Trubner, London.
Babkin, B.P. (1951) Pavlov. A Biography. Gollancz, London.
Asratyan, E.A. (1953) I.P. Pavlov: His Life and Work (English translation) Foreign Languages Publishing House, Moscow.
Boakes, R. A. (1984). From Darwin to behaviourism. Cambridge: Cambridge University Press.
Firkin, B. G.; & Whitworth, J. A. (1987). Dictionary of Medical Eponyms. Parthenon Publishing. ISBN 1-85070-333-7
Pavlov, I. P. (1927). Conditioned Reflexes: An Investigation of the Physiological Activity of the Cerebral Cortex (translated by G. V. Anrep). London: Oxford University Press.
Todes, D. P. (1997). "Pavlov's Physiological Factory," Isis. Vol. 88. The History of Science Society, p. 205-246.
Enlaces externos
Battle for the Mind by William Sargant
Brainwashing: Lecture Notes: Physiological Perspective
THE BATTLE FOR YOUR MIND
PBS article
Nobel Prize website biography of I. P. Pavlov
Institute of Experimental Medicine article on Pavlov
Link to full text of Pavlov's lectures
The Highly Sensitive Person or the HSP
sábado, 25 de agosto de 2007
INHIBICIÓN TRANSMARGINAL
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